El deseo o libido sexual es un proceso fisiológico que en el hombre se inicia en la adolescencia y permanece hasta el final de la vida; es explicado en gran parte por la acción de la testosterona en el cerebro. Otras variables como la edad, las emociones, la calidad de las relaciones de pareja, la cultura, la educación, la religión, el trabajo, el stress sirven de moduladores del deseo sexual disminuyéndolo o aumentándolo.

La síntesis de testosterona varía según la etapa del ciclo de vida: hay mayor producción en la adolescencia y juventud, estable en la etapa de adulto joven y generalmente disminuye a partir de una edad promedio de 50 años.

Tener concentraciones adecuadas de testosterona son necesarias para que el hombre sienta deseo sexual, le ayude a producir las erecciones, líquido seminal y espermatozoides.Hay tratamiento farmacológico para aumentar las concentraciones de testosterona, el cual debe ser formulado por el médico especialista, previa consulta y exámenes de laboratorio.

Auto medicarse tiene el riesgo de producir infertilidad y afectar la próstata entre otros órganos.